A partir de la fotografía del rótulo dispuesto en la fachada de la sede del Banco de España, donde se puede leer la palabra dinero descompuesta en sílabas y por filas, y con una corona en la parte superior, se producen una serie de impresiones, en donde la imagen es tratada con una trama que aumenta gradualmente. A medida que los puntos de esta trama se hacen mayores, se pierde la definición del original; éstos llegan a ser del tamaño de una moneda de un euro. La disposición secuencial de las imágenes a lo largo de la pared produce una sensación monótona de repetición, alterada por el descubrimiento de la sustitución de uno de los puntos de la trama por una moneda en la última imagen de la serie. Al final de la fila y debajo ella, se dispone una pantalla con un video de unas manos que hacen girar reiteradamente una moneda de euro sobre una superficie. Ésta se desplaza aleatoriamente dentro del plano fijo del encuadre, mientras unos números en el ángulo superior de pantalla cuentan las vueltas realizadas.

El funcionamiento del sistema económico actual se organiza a través de la desmaterialización del valor del dinero. Ya no se trata de representar cantidades contables, auditar equivalencias en intercambios comerciales, ni tan siquiera de aportar cifras traducidas a divisas, acciones y beneficios, sino que opera como una red de poder basada en la velocidad de la información encriptada en su código a partir de algoritmos indescifrables, que engrasan la especulación de los mercados financieros, produciendo el llamado capitalismo de casino y devastando el tejido social. En definitiva, la economía se transforma en ideología tal como la entendía Althusser: la representación de una relación imaginaria con las condiciones reales de existencia.