Instalación site-specific. 450 x 450 x 450 cm.
Sustitución de cuatro cristales de las ventanas de un patio interior por metacrilatos de color amarillo fluorescente, con vasos de plástico incrustados e hilos de nylon tensados entre ellos. Instalación en el patio de luces de un quinto piso de la calle Ferran de Barcelona.

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Durante un mes, el colectivo 22a compartió un piso céntrico de Barcelona con sus tres habitantes, que vieron como su vivienda se convertía en el marco de exposición de diversas propuestas que reflexionaban sobre la frontera que separa los productos artísticos de los objetos de uso cotidiano. Mi proyecto intervino en el único espacio no habitable del piso: el patio de luces que organizaba la distribución de sus habitaciones y la entrada de luz natural a su interior. Popularmente estos espacios han sido frecuentados para hacer un uso colectivo de lo doméstico: desde las naturales conversaciones entre vecinos, hasta las furtivas miradas a los espacios íntimos de los demás o a la difusión de cotilleo entre los habitantes del edificio. Mi instalación consistía en cambiar un cristal de las puertas de los balcones de cada uno de los lados del patio, por un metacrilato de color con un vaso de plástico incrustado en medio del mismo. Entre estos se tensaba un hilo de nylon hacia el vaso de la puerta opuesta, con lo que se producía un artilugio de comunicación rotundamente simple para un espacio característicamente complejo.

Durante la exposición se trastocaba el uso convencional del patio de luces para que las habitantes de la casa y sus visitas ocasionales pudieran captar la excepcionalidad de los valores arquitectónicos y relacionales de este espacio, que se convertía a su vez, a partir del color vistoso del metacrilato, en una pieza más del mobiliario de diseño casual que llenaba los rincones del piso.